El partido Justicia Social y su líder Julio César Valentín hicieron un acto de proclamación de su alianza con el Partido Revolucionario Moderno, hecho que no ha encantado a muchos progresistas que creían en el pensamiento revolucionario del exsenador, por lo que desde las gradas vemos que el encanto que dispensaba el joven renunciante del PLD que fundó un partido y logró reconocimiento, se ha ido a pique.
Un amigo del dirigente justicialista me habló del desencanto de sectores de pensamiento social de avanzada que comentan que no les había gustado esa jugada y se preguntó ¿qué busca Valentín con ese acuerdo con el presidente Abinader? Muchos creen que se trata de un puesto en el tren gubernamental, mientras otros afirman que busca ayudar a sus seguidores con aspiraciones para que logren puestos en alcaldías y el Congreso. Yo creo que quiere quedar con reconocimiento de la JCE para mantener con esos recursos la organización Justicia Social. La jugada de Valentín ha desenmascarado su verdadero pensamiento.
El cierre
¿Los productores y comerciantes de esta zona no son nacionalistas? Para ellos el tema sobre el cierre fronterizo no es un tema que ocupe su sentimiento patrio. Se trata de sobrevivencia. La presión que ejercen para que se flexibilicen las medidas del Gobierno buscan evitar quedarse sin poder vender huevos, plátanos y otros productos agropecuarios que demandan los vecinos. La gente por acá dice que el problema del cierre de frontera va más allá de las aguas del canal o la inestabilidad por las bandas criminales de Haití.
Esta situación tiene mucho que ver con lo que ha existido, un gran boato de los tres partidos políticos, que han gobernado quienes han recibido a través del otorgamiento masivo de visas efímeras a ciudadanos de Haití a precios superiores a los US$500, una fortuna. Si multiplicas la cantidad de visas otorgadas anual por el valor, el importe debe alcanzar para pagar varios meses de la nómina total del Ministerio de Relaciones Exteriores.