Por Ramon Antonio Veras (Negro)

En el caso Julian Assange, un éxito parcial

1.- Quiérase o no,  la vida de las personas gira alrededor de un régimen económico y social que cuenta con una superestructura desde la cual emanan las ideas y conceptos que condicionan la manera de pensar de la generalidad de los miembros de cada comunidad.

2.- La adhesión a las opiniones y punto de vista crean en los seres humanos la identificación que hace posible la solidaridad,  la más alta expresión de sensibilidad.

3.- Apoyar las causas justas; respaldar a los pueblos en su lucha por la liberación; secundar a los movimientos democráticos, y hacer coro contra la injusticia, es unirse, solidarizarse a los fines de que se imponga lo humano sobre la barbarie.

 4.- Lo que la conciencia social impone a cada individuo que la hace suya, es estar ahí, dando apoyo y ayudando; apadrinando lo que hace avanzar la sociedad; patrocinando acciones que contribuyan al progreso y manteniendo vivo el deseo de los oprimidos para lograr que termine su opresión.

5.- Cada hombre o mujer que se siente comprometido con la felicidad de la especie humana, debe saber que su obligación es contribuir, dentro de sus posibilidades; llevar ánimo liberador a los pueblos en la brega por su independencia y soberanía plena,  así como proporcionar, dar de sí  para el disfrute en común de un mundo de paz.

6.- En la presente coyuntura de la batalla por el bienestar material y espiritual de la gente de los diferentes países, debemos de ocuparnos de la situación que afecta a Julian Assange.

7.-  No importa el lugar ni la persona afectada por la privación injusta de su libertad. La vocación democrática impulsa, nos mueve a estar al lado de la víctima del desprecio a la autonomía a ser libre.

8.- La situación de prisionero que vivamente golpea Julian Assange, debe ser tomada como la condición de un encarcelado que toca el alma, el corazón de los que quieren ver a todo el planeta tierra liberado de lo que esta privado  en lo material y espiritual.

9.- Resultan odiosas, sumamente desagradables, las palabras cárcel, celda, mazmorra y calabozo, ligadas a Assange, por defender el derecho de dar a conocer la verdad secuestrada a la opinión pública mundial.

10.- A la injusta prisión que sufre Julian Assange, los demócratas sinceros están en el deber de mantenerse alerta; permanecer vigilantes; a cada instante montar la guardia y siempre echar un vistazo.

11.- El deber, sentir solidario, nos obliga a mantenernos fuertes; a la ofensiva; como un roble; dinámicos, pujantes hasta alcanzar la libertad de Assange.

12.- El imperio ha procurado presentar a Julian Assange, como un espía y un terrorista que causa daño. Pero sabemos que es misión de los intereses monopolistas norteamericanos, vilipendiar, denigrar, baldonar y poner como despreciable a quien llevan luz y sana orientación a los marginados sociales.

13.- El pasado 20 de mayo del año en curso, Assange y quienes estamos comprometidos con alcanzar  su libertad, logramos un triunfo parcial con motivo de la decisión del Tribunal Superior de Londres, que desestimó las garantías que había ofrecido Estados Unidos.

14.- El limitado éxito del 20 de mayo próximo pasado, hay que asumirlo con el convencimiento de que el imperio no dejará de mantenerse firme en su objetivo de nulificar el trabajo de información veraz, puesto en práctica por Julian Assange.

15.- Ante la prepotencia del imperio, descargada contra Julian Assange, aquellos que creemos en el poder de la solidaridad, estamos obligados a continuar con más convencimiento; prolongar la batalla con más fuerza y vigor; conservando la idea de que el caso Assange, es de todas y de todos los que hacen suya la solidaridad.