Por Iván Reynoso
Una de las noticias de la semana pasada fue los materiales pendientes de incinerar en el Ministerio de Educación, valorados en mas de 100 millones de pesos, vendidos por un único suplidor.
Alrededor de los años 1920 pasaron muchas cosas adelantadas a los tiempos. Se puso en circulacion experiemental un coche electrico, se establecio en una ciudad de Estados Unidos la renta basica universal, entre otros temas que estan hoy en la palestra.
Con esos 100 millones de pesos, la Republica Dominicana pudo llevar a cabo el alucinante y fantisioso experimento social de darle un millon de pesos a cada ciudadano y analizar la movilidad social, economica y politica de un fenomeno de tal magnitud.
Definitivamente un experiemento de tal dimension no eliminaria la pobreza pero generaria movilidades en anquilosadas estructuras sociales y por tanto impulsaria transformaciones inimaginables.
Pero regresando de esa utopia, el dinero se perdio, a cargo de un unico suplidor.
Los dominicanos y dominicanas entendemos que la democracia es autogestionada, autogenerada, autoexpandible y autosistenibles. Lamentablemente no cuenta con ninguno de esos «auto».
No estamos excentos de caer en extremos como los de Maduro, Daniel Ortenga o Bukele.
Involucremonos, aportemos, vigilemos, participemos.
Como decian nuestros abuelos:»El pasmo con tiempo, tiene cura».