Por Ramón Antonio Veras (Negro)
El dinero nulifica la política dominicana
1.- La persona, en la actividad política, dependiendo de las ideas que anida en su pensamiento, participa con diferentes propósitos. El entendimiento le sirve de guía para accionar.
2.- La presencia de distintas clases sociales en el medio social dominicano, hace posible la diversidad de mujeres y hombres con las más variadas ideologías y creencias opuestas.
3.- Los ideales heterogéneos traen consigo formas contrarias de cómo analizar los fenómenos sociales, la manera de enfrentarlos y comportarse.
4.- De cómo actúa el ente social, lo define en su conducta, en el obrar en uno u otro sentido. El ambiente dominicano de hoy es fácil para conocer la pasta, el modo de ser de cada individuo.
5.- La forma como está organizada la sociedad dominicana, y la moral que le sirve de sostén, han permitido que la actividad política se convierta en un lucrativo negocio.
6.- Para hacer politiquería de baja estofa basta con estar dominado por ideas inclinadas a la buena vida sin el mayor esfuerzo.
7.- La mercancía dinero, la más apreciada dentro del sistema predominante aquí, es la que motoriza la política dominicana.
8.- El estado de deterioro ético y moral que exhibe el país, guarda relación directa con la degradación, la prostitución de la política expresada en la politiquería.
9.- De la misma forma que la politiquería ha echado raíces profundas por el fenómeno de la corrupción, en igual medida se han degenerado las instituciones y demás órganos del Estado.
10.- Como el dinero es lo que mueve la politiquería, se ha hecho notoria la ausencia de la motivación política decente y liberadora. El quehacer con ideas transformadoras, ya no cuenta, es cuestión del pasado.
11.- Poner de por medio el dinero, resta, quita vigor a la política con fines sociales. Saca el entusiasmo y la disposición a luchar por la renovación de la sociedad.
12.- Desde que el dinero desempeña el papel más importante en la política, está presente la mala gana, el apagamiento, el desánimo y la flojedad.
13.- En nuestro país hace tiempo no está en la política el aliciente, la ilusión a los cambios sociales, el atractivo para alcanzar sanos objetivos.
14.- Aquí están haciendo falta ciudadanos motivados, incentivados, impulsados a luchar para que el país cambie para el bien de todas y de todos.
15.- Se hace necesario volver a los tiempos cuando la política dominicana fue abrazada por activistas cívicos y sociales, empujados hacia conquistas democráticas.
16.- En un espacio como el dominicano de hoy, donde está predominando el individualismo, el consumismo, el dinero a cualquier precio y la corrupción, no es fácil lograr cambios estructurales, sin un material interesado en construir un régimen que ponga por delante el desarrollo humano.