Por Ramón Antonio Veras (Negro)

Lucha cívica en la calle, contra el paquetazo fiscal 

.- Hay que tener el reloj político en hora, para asumir la defensa de reivindicaciones progresistas generales y los intereses de las clases y capas sociales preocupadas por el desarrollo social y el progreso nacional.

2.- Los pueblos oprimidos y privados de derechos, en su lucha contra la minoría nacional y los colonizadores de ayer y de hoy, necesitan de dirigentes que acertadamente interpreten las aspiraciones de aquellos que les eligieron o demuestren ser sus aliados consecuentes.

 3.- El buen orientador debe saber escuchar, aprender y enseñar con plena honestidad, para no guiar a las masas a tomar erradas decisiones que las conviertan en mártir.

4.- Hacer llamados a reclamos políticos, económicos y sociales, debe responder a un método, a una regla o sistema de normas a seguir en el curso de un proceso para alcanzar un determinado objetivo.

5.- “El pueblo es poder movilizado, en la calle, en la plaza pública”, fue el artículo que publiqué por esta misma vía, el 18 de agosto, próximo pasado, el cual se ajusta, ahora, a la situación creada en el país por el paquetazo fiscal. He aquí los párrafos medulares del aludido escrito.

6.-  La gente que se siente comprometida con la lucha política y social, no debe estar supeditada a los planes de quienes son los dueños del poder. Siempre hay que establecer la diferencia.

 7.- En el ambiente dominicano, como en toda sociedad policlasista, las fuerzas políticas identificadas con el progreso, están obligadas a hacer descansar sus objetivos en el accionar de las masas populares.

8.- La fuerza de los asalariados del campo y la ciudad, de las capas medias y de los intelectuales honestos, está en la movilización, en la ida y venida por calles y avenidas, y concentrados en las plazas públicas, levantando sus consignas más sentidas. 

9.-  Los dirigentes y activistas políticos, consecuentes con la brega por una mejor nación, están obligados a activar, inducir, hacer que quienes no están conformes con la situación que desde siempre hemos padecido, se incorporen a la lucha de calle.

10.- La pugna política que da resultados positivos es la que se lleva a cabo de manera abierta y franca, con los oprimidos y todos los descontentos  exhibiendo sus pancartas con el contenido de sus reclamos. 

11.- El auténtico pueblo dominicano, el de carne y hueso, el que lleva sobre sus hombros el peso del orden económico y social que le oprime, hay que motivarlo para que muestre su pobreza; públicamente enseñe sus pesares; exponga, saque al aire su indignación por tantos oprobios sociales.

 12.- La gente buena y honesta que todavía queda en la degradada sociedad dominicana, hay que inducirla a que defienda sus derechos partiendo desde su hogar hasta estar concentrada en un lugar público, donde denuncie y acuse; haga de querellante y ponga en evidencia las lacras que genera el actual sistema que degrada.

13.- Es una misión hacer labor política motivando a ciudadanas y ciudadanos para que se hagan de las calles, públicamente ejerzan sus derechos y libertades; reclamen reivindicaciones, y en voz alta, a todo pulmón decir: estamos cansados de lo mismo, queremos y merecemos ser dueños de nuestro destino. 

 14.- Es un deber cívico a las personas de bien sacarlas de la pasividad. Conseguir que decidan hacerse dueñas de las calles para materializar sus legítimas aspiraciones.

15.- La línea a seguir por los comprometidos con el progreso, es hacer que todo aquel que no está conforme con el sistema se movilice demandando, haga de denunciante exigiendo de manera firme y permanente.

16.- A la gente del pueblo hay que convencerla de que lo suyo es actuar, moverse con el convencimiento de que no tiene nada que perder y mucho que ganar.