Por José Tavárez

LA ESPERANZA ES CONDICIÓN PARA LA FELICIDAD


En 2006, dos años antes de convertirse en presidente de Estados Unidos, Barack Obama publicó su libro “The Audacity of Hope” (La audacia de la esperanza).
La obra es una especie de canto optimista a la unidad y la participación cívica de todos a favor de una democracia real.
El autor enfatiza la capacidad de los ciudadanos para superar divisiones y enfrentar juntos losdesafíos. También aboga por una política que trascienda el partidismo y se enfoque en la colaboración y el compromiso con los valores fundamentales
de justicia, igualdad y oportunidad para todos y todas.
Las ideas de Obama conectan con la aspiración de mucha gente que quisiera
vivir en un mundo menos violento y conflictivo, donde predomine el amor, la
tolerancia y la solidaridad.
Este sueño, sin embargo, parece desvanecerse ante el notable éxito de ideas y valores contrarios a ese sentir. Para muestra
basta un botón: en nombre del racismo, la xenofobia y el retorcimiento de la verdad se ganan elecciones en el corazón mismo de la civilización occidental, Europa y Estados Unidos. Mientras esto sucede, el discurso progresista y revolucionario se esconde avergonzado en la autocensura.
El pesimismo y la desesperanza son incompatibles con la felicidad personal
o colectiva, por lo que conviene evitar ser arrastrados por esa corriente donde
todo se vale y el inmediatismo intenta tender un velo frente a nuestros sueños
y proyectos. Los pies de barro del autoritarismo xenofóbico, racista y violento
no podrán resistir la lluvia de esperanza, ni los cantos de amor y solidaridad que vendrán, como lo hicieron para derrotar al fascismo y al movimiento nazi en el siglo pasado.
Como sabemos, la historia no es lineal, da vueltas y en ocasiones parece
retroceder. Pero el progreso de las buenas ideas es indetenible, el regreso a
la barbarie no es una opción. Es tiempo de rescatar a Amaury Pérez, cantautor
cubano de la Nueva Trova: “No lo van a impedir ..a pesar del otoño,
creceremos.