Por Ramón Antonio Veras

El pueblo dominicano y su amarga experiencia política

1.- La práctica de la vida política dominicana nos ha enseñado que personas afines en intereses y forma de pensar se unen alrededor de un partido con el objetivo de tomar el poder del Estado.

2.- Una vez en su organización política, los unificados elaboran planes, el conjunto de medidas que se disponen  ejecutar desde el poder en plazos o etapas sucesivas, las cuales van a depender de circunstancias y factores cambiantes.

3.-  Quienes accionan en la actividad política con el objetivo de poner al ser humano como lo primero en estimación o importancia, se interesan desde el gobierno por ver a la gente saludable, sana.

4.- En la medida en que la ciudadana o el ciudadano se conserva de buen ver, como una rosa, en estado de lozanía, expresa ánimo reluciente, salutífero.

5.- Conjuntamente con los servicios de salud, el accionar político debe estar dirigido a bien educar a los integrantes de la sociedad; adoctrinarlos a los fines de que, una vez bien encausados, desarrollen el entendimiento.

6.- Mujeres y hombres con finos conocimientos, correctamente instruidos y debidamente ilustrados, demuestran que se han desarrollado en un ambiente donde desde el Estado hay interés en contar con gente culta.

7.- No basta con ir al gobierno a hablarle al ciudadano de las virtudes de un sistema social. Hay que hacer que el pueblo, de manera tangible, así lo pueda comprobar.

8.- La lozanía, la sanidad, la salud y una formación educativa de calidad, las debe disfrutar la comunidad teniendo a su alcance, además, todo lo necesario para vivir con dignidad.

9.- Preocuparse por llegar al gobierno central y una vez en su disfrute olvidarse de los ofrecimientos a sus conciudadanos, es muy propio de los políticos que ha padecido nuestro pueblo.

10.- El electorado dominicano ha ido a las urnas con su cerebro lleno de mensajes salidos de las gargantas de los políticos, con apariencia de bien intencionados, altruistas y nada malignos.

11.- La comunidad dominicana tiene, hasta ahora, una experiencia amarga de lo que ha sido el quehacer de quienes han utilizado la politiquería como medio para hacer dinero.

12.- Nada de garantía en salud y educación, cero seguridad alimentaria, acecha el crimen y los vicios sociales indignan, a la vez que llenan de espanto. Esto es lo que ha estado presente como obra de los políticos sistémicos.

13.- Cada día es oportuno para que nuestros connacionales, con sano juicio, razonen y se formen una idea clara sobre la realidad del país donde estamos viviendo.

14.- Que cada quien sea juez de su conciencia y concluya razonando si aquí hay garantía de salud, educación, alimentación, techo digno y seguridad personal.

15.- Nada quita que el ciudadano común y corriente se formule la pregunta de si la proliferación, los muchos partidos iguales, ha servido para democratizar y adecentar  la vida pública dominicana o, por el contrario, han contribuido a degradar, envilecer, echar a perder el país entero.

16.- No hay razón alguna para que las dominicanas y los dominicanos continuemos viviendo como hasta ahora, preservando una forma de vida que avergüenza, persistir en el mantenimiento de un orden social con lacras que cada vez nos reducen como seres humanos que aspiramos a estar en la decencia.