Habla muy mal del Ministro Público, permitir o aupar la filtración de datos de casos que son objetos de investigación.
El más reciente ejemplo de esto es el de la desaparición de la joven estudiante universitaria Sudhishka Konanki, cuyos resultados investigativos son revelados a los medios que privilegian desde la Procuraduría General de la República.
No es que se calle nada. Es que sin la certeza de la cosa debidamente terminada se sepan medias verdades.
Por ejemplo hoy mismo se conoce del documento firmado por los progenitores, Subbarayudu Konanki y SreeDevi Konanki, que marca un giro decisivo en el caso de desaparición que ha mantenido en vilo a la comunidad internacional desde hace 11 días.
Esto junto a la filtración de interrogatorios, videos y fotografías habla de que en algún lugar está fallando el sentido ético de la acción investigadora. Las agencias dedicadas a esos fines fallan al facilitar datos para que sean divulgados fuera de los tribunales. No hablamos de censura. Estamos reclamando igualdad para la divulgación de las investigaciones que se realizan y que estas no busquen torcer la opinión pública.