Todavía está presente en mi memoria, las conversaciones que tuve con Doña Adriana Howley , la madre del periodista Orlando Martínez asesinado por la intolerancia de grupos incontrolables del régimen Balaguerista en República Dominicana hace 50 años.
La familia del malogrado periodista y de su hermano Edmundo me dejaron compartir muchos secretos de sus interioridades porque yo era enviado por Radio Santa María donde laboraba en aquel momento.
Compartimos las lágrimas de una madre que no encontró en vida un consuelo de justicia, aún sabiendo quienes asesinaron a sus dos hijos.

Ella guardaba las habitaciones de Orlando y del arquitecto Edmundo su otro tesoro, también víctima de los intolerantes que se sintieron descubiertos por este que indagaba quién había matado a su hermano.
Recuerdo como ella mantenía un hogar que tenía dos hijos que no volverían porque los asesinos estaban en el Palacio de la presidencia, pero que nadie se atrevía a denunciarlo.
Hoy al cumplirse medio siglo de la cruel muerte del periodista Orlando Martínez Howley, un crimen que marcó un antes y un después en la historia por la lucha de un estado de derecho en la República Dominicana.
El nombre de Orlando como me naró su mamá es un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y el periodismo comprometido. La frase que escribió en una de sus últimas columnas, «Las ideas no se matan», resuenan aún como un llamado a la resistencia frente al silencio y la represión.
Orlando el periodista incómodo nació en 1944, en Las Matas de Farfán. Se formó como periodista en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en medio de la efervescencia política de los años 60.
Militó en el Partido Comunista Dominicano (PCD), pero con el tiempo se distanció de la actividad partidaria y optó por ejercer un periodismo independiente y crítico, aunque sin abandonar sus ideales progresistas.
Desde su columna Microscopio, en el periódico El Nacional, denunció los abusos, la corrupción y la represión del gobierno de Joaquin Balaguer.
Doña Adriana compartió conmigo la carta que le escribió su hijo y que entre otras cosas decía . «Si alguna vez me matan, dile a la gente que sigan. Que las cosas cambiarán.».