Por Iván Reynoso
Los aranceles del Presidente Trump, desde la bola de cristal
Desde el anuncio de los aranceles impuestos por el Presidente Trump a todos los países del mundo, se han elaborado miles de teorías. Aquí va una más.
Por casi una década se viene discutiendo el establecimiento de una tasa universal de impuesto sobre la renta de alrededor del 15% para todas las corporaciones globales, incluyendo por sus operaciones en paraísos fiscales, a fin de compensar sus omisiones fiscales con un pago justo.
Desde el Presidente Bill Clinton, los Estados Unidos vienen acumulando un déficit que ha adquirido un carácter astronómico y que requiere ser enfrentado.
Con el establecimiento de un arancel universal, el Presidente Trump se acogió a la fórmula Balaguer-Quico Tabar. Este último desde la Dirección General de Aduanas, le garantizaba al presidente Balaguer, el equilibrio de las finanzas públicas.
Esta medida envía varios mensajes:
1. Si quieres continuar vendiendo en el mercado de mayor consumo del mundo, debes pagar.
2. Así como los Árabes con su petróleo debieron financiar los Estados Unidos a través de la compra de bonos del tesoro, igual los Chinos, todo el que quiera hacer negocios con los Estados Unidos debe pagar.
3. Las grandes corporaciones globales de los Estados Unidos no van a aceptar un aumento del pago de su tasa efectiva de tributación y seguirán acogidas al complejo sistema de exenciones bajo el que operan, que les permite pagar tasas del orden del 5% o menos de impuesto sobre la renta.
Y usted dirá, ¿y nosotros en Dominicana qué?. Pues aquí, la devoción Mariana siempre nos protege. Todo cuanto fortalezca la económica de los Estados Unidos, a nosotros nos beneficia. Un torniquete a la hemorragia del déficit, en algún momento enviará mensajes de fortaleza al mercado y este empezará a recomponerse.
Una apreciación más se puede extraer de la bola de cristal. En un mundo conectado, aunque desnivelado social y políticamente, todo nos afecta de igual forma, no solo las pandemias y las enfermedades.
La misma posición de las corporaciones de los Estados Unidos de no aceptar una reforma fiscal es la que mantiene trancado el juego de una reforma fiscal en la República Dominicana, por eso el último intento fue tan traumático y desenfocado.
Independientemente de cual se la figura, la forma y la entidad, se requieren crear espacios neutrales con la fortaleza institucional que pueda regular el establecimiento de forma de habitabilidad que garantice la convivencia pacífica, la equidad, la justicia, la paz social y la calidad de vida de los habitantes del planeta
Con el peso de las corporaciones que actúan sin un contrapeso adecuado, no lo vamos a lograr.