Por Ramón Antonio Veras (Negro)
La juventud en el orden social dominicano
1.- La clase obrera es escasa en número y sumamente débil a nivel de conciencia clasista en cualquier país atrasado en lo económico, con vestigios feudales y controlado por los intereses monopolistas norteamericanos.
2.- En nuestro ordenamiento social la ausencia de un proletariado fuerte hace posible la notoria presencia de amplias capas medias, y con ellas sus vicios, debilidades e incoherencias.
3.- En el heterogéneo medio dominicano existen diferentes segmentos, partes de grupos humanos llamados a incidir en el quehacer político, tomando en consideración su ubicación en la producción y las relaciones sociales transitorias. Dentro de ellos están los jóvenes.
4.- De la juventud conviene destacar el espacio que tiene en la estructura socioeconómica de cada país, y en particular el comportamiento que está llamada a asumir por su situación muy específica, bien determinada.
5.- La condición de ser joven es pasajera, y su ubicación de clase social depende de la de sus progenitores. Al llegar a la adultez, a la juventud le cambia la vida en lo fisiológico y, a veces, también en lo clasista. Circunstancial es la etapa de juventud, y ocasional la de pertenecer a una clase social.
6.- Las condiciones materiales y espirituales en las que se desarrolla el joven resultan determinantes para su formación física y mental, las que también están influenciadas por el medio. La manera como el individuo asimila los primeros años de su vida, contribuirá en la forma de enfocar en el futuro los diferentes fenómenos sociales.
7.- Esa conducta, el modo de comportarse el joven dominicano de hoy, en su práctica, no ha sido la de cuestionar, poner en tela de juicio el sistema.
8.- No se ve a nuestros jóvenes dando demostración de que están dispuestos a incentivar, animar a las víctimas del orden social injusto para que lo enfrenten, empujar para que los oprimidos accionen contra su desgracia.
9.- Cada jovencita o jovencito tiene que asumir responsabilidad cívica y ciudadana, estando presente ante su pueblo con el mensaje sano y edificante. Con el recado que siembre ideas frescas, renovadoras, fructíferas.
10.- Ser joven en el siglo XXI, es probar en los hechos estar identificado con el porvenir, con lo nuevo; con transformaciones económicas y sociales que saquen a su país del subdesarrollo.
11.- La juventud dominicana portadora de lo nuevo que ha de venir, es la que desde ya prueba ser sensible, tener sentido de compromiso social, estar dispuesta a identificarse con los reclamos de los marginados sociales y entregarse a la brega para que la desigualdad de oportunidades desaparezca para siempre.
12.- La juventud, como intérprete de lo nuevo, debe estar presta para censurar lo negativo; demandar el rechazo de lo que está lesionando a los que, aunque son la mayoría de la sociedad, no tienen posibilidad de expresarse contra lo que les repugna.
13.- Jóvenes dominicanos con ideas ajustadas a su edad son los que orientan en el sentido de que la sociedad donde viven en el presente es mala y que, por tanto, impone ser cambiada por otra buena, que sea acta para en ella vivir dignamente.
14.- Ante sus connacionales, la joven, el jovencito, está obligado a ser lo nuevo; el diferente, el otro que llegó con las ideas renovadoras, anunciando lo que será la liberación y la disposición a estar acompañando a los suyos hasta el triunfo final.
15.- Esos muchachos que deben ser ejemplos de lo que será el mañana, en toda ocasión han de ser sinceros en sus mensajes para motivar confianza en el seno de las grandes mayorías nacionales.
16.- Nuestro país está llamado a crecer en lo socioeconómico, si los jóvenes se identifican con lo que debe venir nuevo; lo que ha de llegar como renovación social; con lo que viene a presentarse cargado de soluciones para poner a la mayoría de la población dominicana en condición de una existencia digna.