Por Ramón Antonio Veras (Negro)
Contra la intromisión dominicana en el conflicto venezolano
1.- En América Latina y el Caribe, la mujer o el hombre nacional y residente de un país con un gobierno subordinado a los intereses monopolistas norteamericanos, y que, además, se considera ciudadano del mundo, es para permanecer indignado.
2.- Cómo estar en calma, en paz espiritual, la ciudadana o el ciudadano de convicciones democráticas, al conocer de la alianza del gobierno dominicano con los que han hecho acto de intromisión contra lo libremente decidido por el pueblo venezolano.
3.- Es para un demócrata sincero enfadarse, saber que el gobierno de su país forma parte de los que, siguiendo la línea del Departamento de Estado, la OEA y la Unión Europea, impugnan lo juzgado y aprobado por el legítimo órgano electoral de Venezuela.
4.- Es una intromisión indebida, injustificada e inducida, en la que ha participado el gobierno de la República Dominicana, al igual que otros de la región y de Europa contra Venezuela.
5.- Es injerencia de varios Estados entrometerse en un asunto que solo es competencia de las venezolanas y los venezolanos que previa y libremente aceptaron someterse a lo que decidiera la jurisdicción con potestad para emitir el fallo sobre cualquiera que resultara ser el ganador de las elecciones del 28 de julio próximo pasado.
6.- Es para caérsele la cara de vergüenza, sumarse a esa cosa que deshonra, la OEA, para demandar la exhibición de actas en Venezuela.
7.- Participar contra lo decidido por la institución electoral de Venezuela, es abrirle un más amplio espacio a la política injerencista de Estados Unidos, que tiene toda una doctrina en ese sentido.
8.- Saca de quicio, es para enfadarse por entero al saber de la sumisión del gobierno nacional a los dictados, a lo que ha sido un requerimiento del imperio de occidente, en su objetivo de tutelar la política internacional de otros Estados.
9.- Los problemas que se dan dentro de un país son de la competencia de sus ciudadanas y ciudadanos, no para extranjeros resolverlos, sin ser llamados a opinar.
10.- Cada gobierno debe respetar el derecho de otro a decidir por sí mismo. Ahí descansa la autodeterminación de las naciones, en la libertad para escoger, la reivindicación de su liberación a la creación de sus propias instituciones y el sistema social que satisfaga las más sentidas aspiraciones materiales y espirituales de sus nacionales.
11.- Toda persona con sano juicio y algo informada sabe que en Venezuela hay una lucha política y social, en la cual Estados Unidos y la ultraderecha nativa procuran recuperar el poder del Estado.
12.- En el enfrentamiento, la rivalidad entre el pueblo venezolano y sus adversarios, se lleva a cabo una brega feroz en el plano nacional e internacional, y con los más variados métodos de lucha.
13.- Precisamente, la impugnación que hace Estados Unidos y sus aliados, a los resultados de las elecciones del 28 de julio en Venezuela, es una forma del enfrentamiento político y social llevado al plano internacional.
14.- Los ideólogos de la política intervencionista estadounidense han logrado arrastrar a gobiernos de otros países a unirse a las pretensiones del imperio y de la ultraderecha venezolana, contra la Revolución Bolivariana.
15.- La batalla política que se desarrolla en Venezuela, se ve nítida, definida, clarita en los marcos del proceso democrático iniciado por Hugo Chávez. Es cuestión de identificarse con lo nuevo, y las masas populares venezolanas, o con el pasado y la ultraderecha nacional e internacional capitaneada por los monopolios norteamericanos.
16.- Es una posición correcta manifestarse contra la intromisión del gobierno dominicano, y de cualquier otro país, en un conflicto político y social que es de la competencia de las venezolanas y los venezolanos.