Por Ramón Antonio Veras
Un cuerpo social enfermo de gravedad
1.- El cuerpo social, el conjunto de personas en una misma comunidad, al igual que el organismo humano, puede sufrir una alteración en su salud, es decir, padecer de una enfermedad.
2.- Estar lesionado como consecuencia de un achaque es signo de que algo aqueja y necesita curación hasta alcanzar la total recuperación.
3.- Una sociedad humana enferma, muy jodida, es la dominicana, cuya condición de indispuesta se evidencia con suma facilidad. Su estado convaleciente es crítico.
4.- Un paciente que con el tiempo cada vez se pone más malo requiere de cuidados efectivos, semejantes a los aplicados que están ubicados en la sala de cuidados intensivos para atención acelerada.
5.- La crisis que afecta a la sociedad dominicana es estructural, porque conmueve a fondo el conjunto de la organización económica del país, o lo que es lo mismo, lo trastorna todo, lo esencial.
6.- Los males que acompañan al orden social dominicano han llegado a un grado tal de gravedad, que es muy difícil devolverle la salud para que se ponga bueno.
7.- La organización económica que rige a nuestro país, ha dejado de alentar el desarrollo humano. Por el contrario, se ha convertido en un freno insuperable que impide el avance de las fuerzas productivas.
8.- La indisposición, la patología que tiene dañado al cuerpo social dominicano, es una dolencia incurable, si es tratada con simples medicamentos y por curanderos.
9.- Desde cualquier ángulo que se analice el trastorno de salud de la sociedad dominicana, el caso es grave, delicado, altamente peligroso, y así debe ser tratado por galenos que reúnan condiciones de especialistas, no de brujos de la medicina.
10.- Lo cierto es que el diagnóstico expedido por un médico social honesto, con relación a lo enferma que está la sociedad dominicana, tiene que ser en el sentido de que está afectada de un mal sistémico que no se puede curar o sanar.
11.- Los males que el cuerpo social dominicano aloja en su interior, son de naturaleza crónica en lo social, permanente en lo económico y agudos en lo ético y moral.
12.- Para enfrentar las dolencias que tiene la sociedad dominicana, hay que aplicar medios fuertes, intensos, que lleguen hasta el fondo; darle duro a la inservible base económica que sirve de sostén al orden establecido.
13.- Un sistema putrefacto debe tener como adversarios, a mujeres y hombres llamados a extirparlo, resueltos, intensos, desinhibidos, nada de pusilánimes, pobres de espíritu y lengüicortos.
14.- La grave enfermedad de que adolece el régimen económico que echa a perder al dominicano, lo lleva a ser nocivo y hacerse merecedor de una muerte más que imperiosa, perentoria.
15.- El pueblo de a pie, ese que no tiene seguridad de alimentos, techo, educación, servicios de salud, ni de vida, debe estar preparado para hacer de sepulturero, enterrador del sistema que lo ha hecho llevar una existencia indigna.
16.- Ojalá nuestros connacionales, marginados sociales, encuentren a muchos compatriotas suyos para que les ayuden a enterrar el muerto que tantos finados ha causado.